Al realizar el Proyecto Educativo Institucional (PEI), siempre nos quedamos meditando el porqué de este instrumento legal, de su utilidad y por sobre todo si los resultados obtenidos en el largo proceso de su construcción son útiles o no para nuestra Escuela de Educación Básica o nuestra Unidad Educativa.
Las anteriores interrogantes nos las vamos planteando en la necesidad real de mejorar nuestros desempeños para lograr la calidad institucional en el servicio educativo que brindamos.
Creo que podemos sugerir algunas acciones previas que debemos tenerlas presentes en la Construcción Final del Proyecto Educativo Institucional:
1. Revisión obliga de los siguientes documentos:
e. Mallas Curriculares de Educación Básica, Bachillerato BGU (Acuerdo 242-11 – Para BGU–; y Acuerdo 307-11 para Bachillerato Técnico ).
f. Documentos explicativos de la Construcción de la Autoevaluación Institucional, del Plan de Mejoras, del Código de Convivencia y del Proyecto Educativo Institucional.
2. Revisión del Estatuto Orgánico de Expedición por Procesos del MinEduc (Acuerdo Ministerial 020-12).
3. Revisión Modelo Nacional de Apoyo y Seguimiento a la Gestión Educativa (Acuerdo Ministerial 450-13), Manual de Auditoría de Calidad y Manual de Asesoría de Calidad.
Con los documentos descritos, debemos procesarlos en los Equipos Directivos y Gestores, para realmente tener presentes “las reglas del juego” del quehacer docente, pues al final lo que se pretende es contextualizar nuestra tarea de aula a las necesidades propias de cada estudiante asignado a nosotros.
Creo que siempre podemos preguntarnos si la Autoevaluación y la Construcción del Plan de Mejoras Institucional son pertinentes para el contexto educativo y cómo podrían sinergiar cambios en quienes se benefician de nuestro quehacer educativo.
La concepción del PEI es y debe ser una construcción participativa, sí, muy horizontal, pero por sobre todo pertinente para la comunidad local, circuital, distrital, zonal y nacional.

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